A lo largo de mis múltiples mudanzas de casas y negocios he aprendido a conocer vecinos de todo tipo, desde el chismocito hasta el que crees que es asesino serial por lo extraño que es.
Los vecinos más agradables son los que jamás te molestan, esos que no se fijan en como vives o cuantas veces sales o entras, pero te saludan cada vez que te ven y cuando te necesitan te lo piden de buena manera y esos que te nace ayudarles en lo que necesiten; desafortunadamente ese tipo de vecinos es difícil de encontrar.
Recuerdo aquella vez que vivimos en un edificio donde sólo habitaban cristianos...fue toda una odisea, estaba desde el cristiano que te quería invitar cada sábado a su templo, el que era gandalla pero se escudaba en sus alabanzas y que de domingo a lunes te hacía la vida de cuadritos, pero los sábados salía a su iglesia y regresaba limpio de pecados a seguir haciendo ojete.
Tuvimos a lo largo de nuestras casi 10 mudanzas esos vecinos que se enfiestaban cada fin de semana y ponían sus maravillosas canciones de banda a todo lo que da sin importarles que los demás no queríamos escuchar dichas piezas musicales, también los exhibicionistas que salían a tirar la basura en calzones y los que tenían esos encuentros sexuales dignos de cualquier película porno y uno no sabe si hacían todo ese ruido para causar envidia o para que les pidieras participar en dichos encuentros.
En cuanto a los vecinos de negocio, están los que se fijan si tienes clientes, cuanto pagas de renta, si limpias a diario o no, en fin, una belleza total, nos ha tocado el que decide que eres mejor que un psicólogo y a diario lo tienes a cierta hora listo para decirte sus conflictos maritales, con sus hijos o papás y te gorrea el cigarro, son de cierta forma graciosos por que saben que sabes sus problemas y por ello te sienten parte de su vida, y cuando te vas de ese espacio se deprimen y te amenazan con visitarte, ¡y lo hacen!, no con la misma frecuencia, pero cuando menos lo esperas llegan a contarte lo que les ha pasado desde la última vez que los viste.
Siento que a estas alturas deberíamos tener cuero duro con los vecinos mal intencionados, pero cada caso es distinto y cada vecino tiene sus malas acciones...
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