martes, 28 de abril de 2015

El ataque del "mal del puerco".

Una de las desventajas de vivir en un lugar donde hace mucho calor, es que cuando comes mucho, te sientes aletargado, pesado, somnoliento y a eso mucha gente como yo, le llamamos "el mal del puerco".



Hace unos días, en los que el calor ha estado pegando duro, se me ocurrió la brillante idea de comer chilaquiles, sí, de esos riquísimos llenos de salsa verde, crema y mucho queso...gran error el que cometí; empecé a sentir esa pesadez, ese sueño como si alguien te hubiese puesto un trapo con éter o algún somnífero fuerte, sentía que hasta hablar me costaba y me dije a mi misma, en este momento, el puerco me está atacando.


Era tan fuerte lo que sentía que de verdad creí que en algún momento iba a desmayarme...incluso estaba platicando con una amiga por whatsapp y no se en que momento solté el teléfono y dejé de contestar sus mensajes.

Llegó un cliente y definitivamente creo que pensó que yo había consumido algún tipo de estupefaciente debido a mis respuestas leeeeentaaaas y pa-u-sa-das; tanto que lo tuvo que atender mi parejo y mi función como "recepcionista" finalizó en ese momento.

El mal del puerco es peligroso, incluso a veces uno llega a pensar que va a morir parado. De ahí en adelante juré no volver a comer "pesado" en época de calor...pero...hoy comí unos deliciosos tacos de carnitas...juro que siento al puerco venir por mi lentamente.

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