Elige tu batalla y tu lado.

Hay algunas personas que se sienten bien sin quejarse de nada, pero, hay personas que amamos quejarnos, no por ser negativos, sino como un ejercicio de escupir lo que nos inquieta, lo que en ese momento nos "atormenta"; mas no por ello somos personas que nos caemos y nos quedamos en el hoyo, se puede decir que salimos, quejándonos del dolor y del trancazo pero saliendo.

En estos días me he quejado internamente de una decisión que no es mía, pero que he asumido el apoyo para llevarla a cabo, traigo una batalla entre lo que quiero decir y lo que decido callar como si fuese la 3a guerra mundial.

Y es precisamente esa astillita en mi corazón que al paso de las horas, al pronunciar las palabras "nos vamos", me lastima... fervientemente creo que es un error, que los motivos son tan superfluos como una alergia al polen en invierno, y que no tienen absolutamente nada que ver conmigo, en mi cabeza veo que un tren va rumbo al despeñadero y no puedo hacer nada, puesto que decir lo contrario frenaría el viaje de "lo que pudo ser" y el reclamo del "por tu culpa no estoy donde quiero y con quien quiero".

Dicen los sabios que debemos saber elegir nuestras batallas, en esta ocasión, he decidido no dar batalla alguna, opté por callar, asentir y apoyar, pero, ¿será realmente este cambio la meca de nuestro éxito?, o ¿será un pretexto más para que todo se desacomode y por fin haya un desenlace por motivos realmente justificados de alojamiento, responsabilidades y economía?.

Casualmente mi horóscopo de hoy me indica que deje al tiempo decidir las cosas...por este motivo esta batalla he decidido no pelearla, pero, en el momento en que veamos que la realidad de competir con mil es peor opción que competir con 3 y que es más productivo mantenerse en pie siendo el único que tratar de brincar más alto que mil, ojalá y el tiempo no nos haya ganado, la frustración no nos haya desbaratado y sobretodo, nos haya enseñado que las decisiones de terceras personas no deben ser decisivas para re-hacer una familia.

Y sigo en la idea, ¿qué batallas debemos ignorar y cuáles elegir?